El objetivo era crear un hotel que pudiera ser flexible y moverse por la ciudad ocupando espacios residuales (oficinas o vivienda desocupadas) durante períodos cortos de tiempo. El Target principal son personas que viajan solas, muy comunes Europa debido al alto número de ferias y eventos. El proyecto trabaja en dos circunstancias, la primera: cuando los clientes tienen un presupuesto bajo y quieren afectar el espacio lo menos posible. En este caso se plantea un mood board para lograr este objetivo con un mínimo de inversión siempre enfocado a resaltar el ambiente de hotel. En este caso se propone el graffiti en las paredes, concreto fundido para los pisos, iluminación de neón y muebles tipo futón como mobiliario para el vestíbulo. En el caso de tener la totalidad del presupuesto, se propone un mood board mucho más elaborado, que incluye impresiones del arte, lámparas, mobiliario especial, muros “vivos” en las paredes, uso de vidrio, etc. Este hotel se puede pedir a una fábrica principal, donde todo es pre-fabricado y ensamblado, los tres módulos principales (sala, vestíbulo y cocina) se empacan y son enviados a una ubicación específica. La orden puede variar en función del número de módulos y los acabados pueden personalizarse. Cada módulo puede ser utilizado en diferentes momentos del día, los módulos de habitación pueden ser utilizados como camas en las horas de la noche, y se convierten en espacios de oficina durante el día, lo mismo sucede con la cocina que se puede ocultar, por lo que el restaurante también puede ser usado como taller.  El proyecto enfatiza en los usos múltiples para cada espacio y resalta su carácter de hotel temporal.